Quienes la conocen saben que Mara (Marita, Mariquiña o Sanchez) la mascota de mi familia, no es una perra cualquiera. Hasta me animo a decir que es especial. En realidad, creo que sólo los que tienen alguna mascota a la que quieren mucho pueden entender en dónde se juega esto de "especial". No es humana, obvio que no. Pero según mi viejo le pega en el poste.
La cuestión es que ella hace lo que quiere, durme a toda hora, boludea, viene a molestar... ama que la saquen a pasear, sin contar el asado de mi viejo, obvio. Ah! y si fuera por ella, viviría en una panaderia. Está metida en todos los chismes de la casa, nada se le escapa. Tiene una cara muy expresiva y en todo momento deja su huella con algún movimiento de cejas al respecto. Dentro de los códigos familiares "pasear" y "salir a caminar" son las palabra prohibidas.... pobres lo que se tienen que bancar la escena. Empieza a correr en circulo en donde esté, y le salta a todos los presentes, además de llorizquear hasta hartar. Siempre consigue su cometido: alguien busca su correa y allá parte moviendo la cola y con el pecho inflado. Se la tira de ancha y se pelea con todos los perros del barrio; claro, que del otro lado de las rejas. Mejor veanlá ustedes mismos.
No estoy limada ni muchisimo menos, el tema es que para Periodismo Digital nos pidieron que contáramos una historia en imágenes y que la subiéramos a nuestro blog. La Mariquiña es graciosa y está todo el tiempo en casa. De algún modo habia que justificar el relato.
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Hace 6 meses